El reencuentro
- Lucia Trouiller
- 14 oct. 2021
- 2 min de lecture
Tras bajar del Kilimanjaro, mi madre llegó en Tanzania: comenzaba una nueva etapa de mi viaje. Llevaba un tiempo viajando sola, aunque nunca estaba realmente sola, era bueno tener una compañÃa familiar y conocida.

Nos encontramos en Arusha, una ciudad turÃstica del norte del paÃs. Nos alojamos en el Banana Farm, un eco-hostel que nos convenÃa perfectamente, por su ecologÃa y naturaleza. Un lugar rodeado de plátanos, donde disfrutamos del rÃo y descubrimos la vida local.
Luego nos quedamos unos dÃas en Kiwavi Home, en la ciudad de Moshi. Una casa de huéspedes muy agradable y acogedora, que sirve unos desayunos maravillosos.
Los beneficios se destinan a financiar la fundación Kipepeo, que apoya a las familias locales para que tengan una vida más digna y sostenible. ¡¡¡Inspirador!!!

Al pie del Kilimanjaro se cultiva mucho café. Asà que aprovechamos para visitar una de las granjas. Observamos la plantación y los frutos, y realizamos nosotras mismas todo el proceso, desde la molienda manual hasta el tueste sobre un fuego de leña, hasta el momento tan esperado: la degustación, ¡mmmmh!
No muy lejos, caminamos hasta la magnÃfica cascada de Materuni.


La siguiente parada fue Lushoto, un pequeño pueblo en las montañas Usambara. Dimos un bonito paseo por allÃ, rodeados de pinos y eucaliptos en un bosque tropical: los olores eran increÃbles. También fuimos al mercado del pueblo cercano de Soni. No hay mejor actividad para sumergirse en la vida local y encontrar bonitos recuerdos.
Después fuimos a Magoroto, donde acampamos junto a un lago al otro lado de la cordillera. Era como una pausa en el tiempo, un lugar para pasear al borde del agua, nadar y relajar en la hamaca.
También descubrimos el cultivo de la vainilla, la pimienta, la canela, el cardamomo y el clavo, cuya plantas que desconocimos en las cuales crecen estos productos tan cotidianos.


De vuelta a la realidad, fuimos en otro pequeño paraÃso de Tanzania, en la Reserva Natural de Amani. Por supuesto, volvimos a ir de excursión para descubrir su magnÃfica fauna y flora, sus culturas del té, sus cascadas, sus camaleones, sus pájaros... Otro lugar tan pacÃfico y mágico que era difÃcil de dejar.
Y en algún momento, hay que volver a ponerse en marcha... Afortunadamente, también nos encanta.
Dejamos las magnÃficas montañas de Usambara, para un viaje de 7 horas en autobús hasta Dar es Salaam, para recibir a otro miembro de la familia... A descubrir en el próximo artÃculo.