Parque nacional de Ruaha
- Lucia Trouiller
- 28 ago 2021
- 2 Min. de lectura
Iringa es la puerta de acceso al Parque Nacional Ruaha. Así que aproveché para hacer un safari de dos días y una noche, con la agencia Bateleur safaris & tour, que estaba al lado de la escuela donde trabajaba.

Junto con otros dos turistas de Turquía y nuestro guía, Goodluck, nos fuimos el sábado por la mañana desde el centro de la ciudad para entrar al parque nacional al mediodía. A 4 en un 4x4 de 6 plazas, con techo elevable para observar a los animales. Es decir, teníamos mucho espacio para que fuera muy cómodo.

Después de registrarse en la recepción del parque, nos paremos en un puente sobre el río Great Ruaha, desde donde hemos podido observar cocodrilos haciendo la siesta, así como algunos hipopótamos disfrutando de un buen baño.
Volvimos a nuestras "bandas", cabaña con techo de paja, para dejar nuestras cosas antes de ir a almorzar, y tomar fuerzas para el resto de nuestro día. Una vez que estuvimos listos, regresamos en busca de otros animales.

Pudimos ver elefantes, cebras, antílopes impalas, jirafas, búfalos, monos, muchos pájaros, y seguramente olvido unos...




Después de una maravillosa puesta de sol, típica de película, cenamos en el mismo lugar que al almorzar. En el camino a nuestros bandas, vimos una enorme hiena en las luces del coche.
El domingo por la mañana, despegamos antes de la salida del sol para poder admirarlo, rodeados de bellos y grandes baobabs, acompañados del canto de los pájaros que se despertaban. ¡Ese momento fue mágico!

Pasamos el resto de la mañana siguiendo las huellas de una leona. Hemos visto sus huellas, pero desafortunadamente, no la hemos encontrado antes de tener que salir a mediodía.

Antes de salir del parque, vimos perros salvajes, que aparentemente son muy difíciles de ver normalmente.
Después de este agradable viaje en la vida salvaje, regresamos a Iringa.
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